Como el emperador, Chile va desnudo
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Señora Directora:
En la fábula "El traje nuevo del Emperador", de Hans Christian Andersen, un pequeño y muy astuto grupo de sastres convencen primero a un emperador de que le han confeccionado el traje más fino y exclusivo del mundo, con una característica muy especial: su tela se volvía invisible para cualquier persona estúpida.
El rumor de tan fino traje se expande rápidamente por la ciudad y, ante la velada amenaza de que sólo los estúpidos no serían capaces de ver el exclusivo traje, el pueblo también se convence. ¿El siguiente paso? El rey decide realizar un desfile para lucir el más fino de sus trajes. Al desfilar, todo el pueblo maravillado por el traje comentaba y alababa el traje. Todos. Hasta que un pequeño niño gritó, "¡pero si va desnudo!"
Lamentablemente, Chile vive un fenómeno similar. Desde hace algunos años, un grupo astuto ha implantado la idea de que el crecimiento, el mejor acceso a la educación y salud, la disminución de la pobreza, la mejora de la calidad de vida en todos los niveles (en particular los de menos recursos) y todas las instituciones (de gobierno, de orden público) no han logrado nada o son malignas. Todo esto más allá de los hechos concretos y comprobados. Todo lo anterior es ahora "invisible", salvo para, como amenaza expresamente este grupo muy astuto, aquellos que son estúpidos o insensibles.
Con mucha fe espero que más "niños" observen y acusen la realidad, para lograr así recuperar la cordura necesaria, previo a un proceso tan trascendental para muchas generaciones de chilenos, como lo será el proceso constituyente.
Cristián Yánquez Astorga